Ejercicio físico

11 junio 2020

Diferentes estudios demuestran que realizar ejercicio físico genera muchos beneficios a nivel físico, psicológico y social para la mejora de las enfermedades en general y del cáncer de próstata en particular.

Y es que, ayuda a regular los niveles de hormonas, prevenir la obesidad, mejora el sistema inmune y reduce el estrés oxidativo, beneficioso en pacientes en tratamiento de cáncer de próstata, para recuperar más rápido y disminuir el riesgo de recurrencia del mismo.

Pero la mala gestión del movimiento, la postura y la respiración conducirán a la incorrecta transferencia de las cargas o presiones hacia la región lumbo-pélvica por lo que tanto la próstata como el suelo pélvico sufrirán un aumento de presión que será perjudicial para su integridad funcional.

El suelo pélvico no está aislado, sino que trabaja en equipo con distintos elementos de nuestro cuerpo que forman lo que llamamos el CORE o CALP: Complejo Abdómino-Lumbo-Pélvico.

  • Por abajo el suelo pélvico, los músculos que cierran la pelvis por su parte inferior.
  • Por delante y por los laterales, la musculatura abdominal.
  • En la parte posterior, la musculatura lumbar.
  • En la parte superior el diafragma que se encuentra separando los pulmones del contenido abdominal.

Cuando respiramos nuestro diafragma desciende y aumenta la presión en ese CALP. Todos los elementos que lo componen van a responder a ese aumento de presión.

Nuestra postura va a afectar directamente al correcto funcionamiento del CALP:

  1. Postura erguida: Permite que el diafragma descienda correctamente, que las costillas se expandan y la presión disminuya sobre el suelo pélvico.
  2. Pelvis neutra: La colocación correcta de la pelvis nos va a asegurar que la presión que se origina de respirar se dirija hacia la zona del suelo pélvico diseñado para recibir y responder adecuadamente al aumento de presión. La zona es el núcleo fibroso central del periné que se va a activar contrarrestando ese aumento de presión (zona entre ano y base de los testículos). En una primera fase de recuperación, la progresión en el entrenamiento del CALP y siempre bajo la supervisión de un fisioterapeuta especialista en suelo pélvico sería:
    • Trabajo respiratorio: Fundamental reeducar las sinergias adecuadas de la respiración. En primer lugar, el diafragma debe de tener un tono muscular adecuado para que pueda hacer su recorrido de manera completa. Existen técnicas de masaje y miofasciales para recuperarlo.
    • Trabajo de la faja abdominal: Reeducar la activación de la pared abdominal en conjunto con la respiración es imprescindible. Los abdominales hipopresivos (contraindicados en pacientes con hipertensión arterial, glaucoma, problemas respiratorios, etc.) son muy apropiados tanto en la fase de recuperación como en la prevención. Además de tonificar la faja abdominal y el suelo pélvico nos ayudan a descomprimir las vísceras después de realizar un entrenamiento más intenso.
    • Trabajo propioceptivo: Ejercicios en superficies inestables como el rulo o el plato de inestabilidad provocan contracciones estáticas mantenidas.
  3. Posiciones articulares estáticas: Ejercicios en posiciones mantenidas que sean un reto para el CALP, como por ejemplo ejercicios en cuadrupedia.
  4. Trabajo específico de suelo pélvico: A través de diferentes técnicas (electroestimulación, ejercicios de Kegell, Biofeedback, técnicas manuales, etc.) se trabajará la musculatura del suelo pélvico.
  5. Actividad cardiovascular moderada: Caminar 30 minutos diarios. Superada la primera fase y de manera progresiva, iremos incorporando el trabajo de fuerza muscular y resistencia sin olvidar el entrenamiento del CALP. La terapia con privación de andrógenos (ADP) para el cáncer de próstata se asocia con la debilidad, la fatiga, sarcopenia (escasez de músculo), aumento de la grasa corporal, disminución de la condición física cardiopulmonar y reducción de la calidad de vida. El trabajo de fuerza aumenta la resistencia muscular y la hipertrofia mejorando así la composición corporal, la función física y los niveles de fatiga y calidad de vida en los pacientes de cáncer de próstata. Por supuesto, ponte en manos de un profesional cualificado. En las primeras fases es recomendable un fisioterapeuta especialista en suelo pélvico masculino y después en las de un profesional cualificado de la actividad física deportiva.

Autoras:

Dña. Ángeles Sáez de la Fuente. Fisioterapeuta del centro Alfisio. Especialista en suelo pélvico y Pilates. Cofundadura del programa Periné Activo.

Dña. Concepción Pelegrina Sánchez. Maestra especialista de Educación Física (UCM). Certificada internacional Pilates sistema.