“Es que montar en bici provoca cáncer de próstata” comenta un amigo a otro. Probablemente, muchos de nosotros hayamos oído esta conversación en algún momento, pero ¿qué hay de verdad y de mito en esta afirmación?

Pese a lo rotundo de la afirmación, actualmente carecemos de estudios que evidencien científicamente que la práctica profesional del ciclismo sea perjudicial para el aparato genitourinario ya que no cuentan con una muestra lo suficientemente relevante de grupos de pacientes que permita llegar a tal conclusión. Menos aún por tanto, en la práctica popular o recreativa.

¿Y entonces de donde viene tal afirmación? Al estar sentado en el sillín se ejerce una presión sobre la próstata y los nervios pudendos, esta presión ejercida durante horas podría derivar en inflación sobre la próstata y disfunción eréctil, pero en “artículos recientes al respecto parece que no se han encontrados resultados concluyentes en uno u otro sentido” afirma el doctor Enrique Sanz Mayayo, especialista en urología del Hospital Universitario Ramón y Cajal y del Hospital Universitario Quirón y ciclista habitual,  en una entrevista realizada para el medio Ciclismo a Fondo.

Los problemas más frecuentes en varones mayores de 50 años son el agrandamiento de la próstata, (hiperplasia benigna de próstata) y el cáncer de próstata. En varones jóvenes las prostatitis, inflamación de la próstata.

Para reducir al máximo la presión perineal es importante la elección de un sillín cómodo que se adapte a la anatomía de cada ciclista al igual que establecer una posición y altura adecuada.

Es muy importante saber discernir entre el mito y la realidad y consensuar con el equipo médico cualquier práctica deportiva.