Tratamiento del cáncer de próstata

//Tratamiento del cáncer de próstata
Tratamiento del cáncer de próstata 2019-02-28T09:04:29+00:00

Existen numerosas opciones de tratamiento disponibles para los pacientes con cáncer de próstata. Su equipo médico le comentará las diferentes opciones para establecer un plan detallado y adecuado a sus necesidades específicas.

La información indicada a continuación no es más que un resumen de los tratamientos disponibles en la actualidad. Podrá obtener datos más detallados consultando a un profesional médico y él será quien deba decidir cuál es la mejor opción de tratamiento para usted.

¿Cómo se trata el cáncer de próstata?

Introducción al tratamiento del cáncer de próstata

Una vez que se haya diagnosticado su cáncer de próstata y que se haya determinado su grado y etapa, tendrá mucho que pensar antes de que usted y su médico seleccionen un plan de tratamiento. Es posible que usted sienta que debe tomar una decisión rápidamente, pero es importante que se tome el tiempo para asimilar y procesar la información que ha recibido. Haga preguntas al equipo de profesionales que atiende su cáncer. Lea  la  sección  “¿Qué  debe  preguntar  a  su  médico  sobre  el cáncer de próstata?” para hacer una lista de algunas preguntas que puede formular.

Dependiendo de la situación, las opciones de tratamiento para los hombres con cáncer de próstata podrían incluir:

Terapia expectante (espera en observación) o vigilancia activa.

  • Cirugía.
  • Radioterapia.
  • Criocirugía (crioterapia).
  • Terapia hormonal.
  • Quimioterapia.
  • Tratamiento con vacunas.
  • Tratamiento dirigido a los huesos.

Estos tratamientos son generalmente usados uno cada vez, aunque en algunos casos pueden ser combinados.

  • El tratamiento que seleccione contra el cáncer de próstata debe tener en cuenta:
  • Su edad y expectativa de vida.
  • Cualquier otra afección médica grave que tenga.
  • La etapa y el grado de su cáncer.
  • Sus propios sentimientos (y la opinión de su médico) sobre la necesidad de tratar el cáncer inmediatamente.
  • La probabilidad de que cada tipo de tratamiento cure o detenga la progresión de su cáncer (o sea útil de alguna otra manera).
  • Los posibles efectos secundarios de cada tratamiento.

Muchos hombres encuentran útil obtener una segunda opinión sobre las mejores opciones de tratamiento según su situación particular, especialmente si tienen varias opciones. el cáncer de próstata es una enfermedad compleja, y los médicos pueden tener opiniones distintas sobre las mejores opciones de tratamiento. Puede que consultar con médicos especializados en las diferentes clases de tratamiento para que le ayuden a clarificar sus opciones.

Los tipos  principales  de  médicos  que  tratan  el  cáncer  de próstata incluyen:

  • Urólogos: cirujanos que tratan enfermedades del sistema urinario y el sistema reproductor masculino (incluyendo la próstata).
  • Oncólogos especialistas en radiación (oncólogos radioterapeutas): médicos que tratan el cáncer con radioterapia.
  • Oncólogos médicos: médicos que tratan el cáncer con medicamentos, como quimioterapia o terapia hormonal.

Su médico de cabecera  también  puede  ser  una  fuente  útil de información a medida que considera sus opciones de tratamiento. Es importante hablar con el médico sobre todas sus opciones de tratamiento, incluyendo los objetivos y los posibles efectos secundarios, para ayudarle a tomar la decisión que mejor se ajuste a sus necesidades.

Puede que muchos otros especialistas también formen parte  de su equipo de atención, incluyendo asistentes médicos, enfermeras practicantes, especialistas en nutrición, trabajadores sociales, y otros profesionales de la salud.

Terapia expectante, espera en observación y vigilancia activa para cáncer de próstata

Debido a que el cáncer de próstata frecuentemente crece muy lentamente, es posible que algunos hombres (especialmente aquellos hombres de edad avanzada o con otros problemas graves de salud) nunca necesiten tratamiento contra el cáncer de próstata. En vez  de tratamiento, sus médicos pueden recomendar métodos conocidos como espera en observación, observación o vigilancia activa.

Algunos médicos intercambian estos términos que significan   lo mismo. Para otros médicos, los términos vigilancia activa y espera en observación tienen un significado ligeramente distinto:

La vigilancia  activa  a  menudo  se  usa  para  supervisar  con atención el cáncer mediante pruebas de Psa, tacto rectal y ultrasonidos a intervalos regulares para saber si el cáncer está creciendo. Las biopsias de la próstata también se pueden hacer para determinar si el cáncer se está tornando más agresivo. Si surge un cambio en los resultados de sus pruebas, entonces su médico hablará con usted sobre las opciones de tratamiento.

Por otro lado, la espera en observación se usa algunas  veces para describir un tipo de seguimiento menos intensivo que pudiera requerir menos pruebas y confiar más en los cambios de los síntomas de un hombre para decidir si el tratamiento es necesario.

No todos los médicos concuerdan con estas definiciones o las usan exactamente de esta manera. De hecho, algunos médicos prefieren no emplear el término espera en observación, ya que creen que implica que nada se está haciendo cuando en realidad el hombre está bajo observación minuciosa. Independientemente del término que emplee su médico, resulta importante entender exactamente lo que él o ella quiere decir cuando lo usa.

Con la vigilancia activa, su cáncer se supervisará cuidadosamente. Por lo general, este método incluye una visita al médico con una prueba de sangre Psa y un tacto rectal cada 3 a 6 meses. Además, es posible que se hagan anualmente biopsias de la próstata guiadas con ecografía transrectal.

Se puede comenzar el tratamiento si el cáncer parece estar creciendo empeorando, basándose en un nivel de Psaaumentado o un cambio en el examen rectal,  hallazgos  en la ecografía,  o  los resultados de la biopsia. En las biopsias, un aumento en la puntuación Gleason o una extensión del tumor (según el número de muestras de biopsias que contienen tumor) son signos para comenzar tratamiento (usualmente cirugía o radioterapia).

En la vigilancia activa, sólo se tratan los hombres cuyos cánceres están creciendo (y por lo tanto tienen una forma más grave de cáncer). Esto permite a los hombres con un cáncer menos grave evitar los efectos secundarios de un tratamiento que tal vez no les ayude a vivir más tiempo. Una posible desventaja de este método consiste en que podría darle una oportunidad al cáncer de crecer y propagarse. Esto podría limitar sus opciones de tratamiento, y posiblemente afectar las probabilidades de curar el cáncer.

Este método podría recomendarse si el cáncer no está ocasionando ningún síntoma, se espera que su crecimiento sea lento (de acuerdo con la puntuación de Gleason), es pequeño y está confinado dentro de la próstata. No es probable que este tipo de método sea una buena opción si usted tiene un cáncer de rápido crecimiento (por ejemplo, un cáncer con una alta puntuación Gleason) o si es probable que el cáncer se haya propagado fuera de la próstata (según los niveles de Psa). Resulta menos probable que a los hombres jóvenes y saludables se les ofrezca la vigilancia activa, debido a que el cáncer se volverá un problema durante los próximos 20 o 30 años.

La espera en observación y la vigilancia activa son opciones razonables para algunos hombres con cánceres de crecimiento lento, ya que se desconoce si tratar el cáncer con cirugía o radiación les ayudará en realidad a vivir más tiempo. Estos tratamientos tienen sin duda riesgos y efectos secundarios que pueden superar los posibles beneficios para algunos hombres. Algunos hombres no se sienten cómodos con este método, y están dispuestos a aceptar posibles efectos secundarios de tratamientos activos para tratar de extirpar o destruir el cáncer.

No todos los expertos concuerdan en cuanto a la frecuencia con la que se deben realizar las pruebas durante la vigilancia activa. Además, se debate cuándo es el mejor momento para comenzar el tratamiento si surgen cambios.

Se han realizado varios estudios extensos que comparan la espera en observación (en la que los hombres sólo eran tratados si presentaban síntomas a causa del cáncer)  y la cirugía para el cáncer de próstata  en etapa inicial. en un estudio,  en el  que algunos de los pacientes tenían cánceres en etapas muy tempranas (T1), los hombres que se sometieron a cirugía vivieron por más tiempo. en otro estudio, en el que alrededor de la mitad de los hombres que tenían cánceres en etapas muy tempranas, no hubo ventaja real en la supervivencia para ofrecer tratamiento con cirugía.

Hasta el momento no se  han  realizado  estudios  extensos que comparen la vigilancia activa con otros tratamientos, tal como cirugía o radioterapia. Algunos estudios preliminares de hombres que son buenos candidatos para la vigilancia activa han mostrado que solo alrededor de un cuarto de los hombres necesita continuar tratamiento con radiación o cirugía.

Cirugía para el cáncer de próstata

La cirugía es una opción común para tratar de curar el cáncer de próstata si se cree que no se ha propagado hacia el exterior de la glándula (cánceres en etapa T1 o T2).

El tipo principal de cirugía para el cáncer de próstata se conoce como prostatectomía radical. En esta operación, el cirujano extirpa toda la glándula prostática además de una porción del tejido que le rodea, incluyendo las vesículas seminales. Una prostatectomía radical se puede hacer de maneras diferentes.

Métodos abiertos de prostatectomía radical

Es el método más tradicional de realizar una prostatectomía. El cirujano opera a través de una sola incisión larga para extraer la próstata y los tejidos adyacentes. Este tipo de cirugía, a veces referido como un abordaje abierto, se realiza actualmente con menos frecuencia que en el pasado.

Prostatectomía radical retropúbica

Para esta operación, el cirujano hace una incisión en la piel de la parte baja del abdomen, desde el ombligo hasta el hueso púbico. Durante la cirugía, junto con la sedación se le puede administrar anestesia general (usted estará dormido) o anestesia espinal o epidural (se le adormecerá la parte inferior del cuerpo).

Si existe una probabilidad razonable de que el cáncer se propagó a los ganglios linfáticos (según su nivel de Psa, el examen digital del recto, y los resultados de la biopsia), el cirujano puede extirpar los ganglios linfáticos que están alrededor de la próstata en este momento (conocida como biopsia del ganglio linfático). Por lo general, los ganglios se envían a un laboratorio de anatomía Patológica para ver si tienen células cancerosas (lo que conlleva varios días hasta recibir el resultado), aunque en algunos casos los ganglios se pueden examinar inmediatamente.

Después de la cirugía, mientras usted se encuentra todavía bajo los efectos de la anestesia, se le colocará un catéter (tubo flexible y delgado) en el pene para ayudarle a drenar la vejiga. este catéter normalmente debe mantenerse de una a dos semanas durante el período de recuperación. Podrá orinar por su propia cuenta una vez que se le quite el catéter.

Probablemente usted permanecerá en el hospital durante varios días después de la operación. Además, sus actividades estarán limitadas  alrededor  de  3  a  5  semanas.  Los  posibles  efectos secundarios de la prostatectomía se describen más adelante.

Prostatectomía radical perineal

En esta operación, el cirujano hace la incisión en la piel entre el ano y el escroto (el periné), como se ilustra en la imagen posterior. Este método se usa con menos frecuencia debido a que es más probable que dé lugar a problemas  con erecciones y porque  no se pueden extirpar los ganglios linfáticos. Sin embargo, a menudo es una operación más breve y puede ser una opción si a usted no le preocupan las erecciones y no se requiere extirpar los ganglios linfáticos. También se puede usar si usted padece otras afecciones médicas que dificulten  la cirugía retropúbica. Si se realiza correctamente, puede ser tan curativa como el método retropúbico. La operación perineal usualmente requiere menos tiempo que la operación retropúbica, y puede causar menos dolor, y posteriormente una recuperación más fácil.

Después de la cirugía, mientras usted se encuentra todavía bajo los efectos de la anestesia, se le colocará un catéter en el pene para ayudarle a drenar la vejiga.

Métodos laparoscópicos para prostatectomía radical

En los métodos laparoscópicos, se realizan varias incisiones más pequeñas con instrumentos quirúrgicos especiales para extraer la próstata. Este procedimiento se puede realizar mientras el cirujano sostiene directamente los instrumentos o usando un panel de control para mover con precisión los brazos robóticos que sostienen los instrumentos.

Prostatectomía radical laparoscópica

En una prostatectomía radical laparoscópica (laparoscopic radical prostatectomy, lrP), el cirujano hace varias incisiones pequeñas, a través de las cuales se insertan instrumentos especiales y largos para extirpar la próstata. Uno de los instrumentos tiene una pequeña cámara de video en el extremo, lo que permite que el cirujano pueda observar dentro del abdomen.

La   prostatectomía   laparoscópica   tiene   sus   ventajas   sobre la prostatectomía radical usual abierta, incluyendo menos pérdida de sangre y dolor, estancias más breves en el hospital (normalmente no más de un día) y períodos de recuperación más cortos (aunque será necesario mantener el catéter en la vejiga durante aproximadamente el mismo tiempo).

La lrP ha sido usada en estados Unidos desde 1999 y se ha hecho en centros comunitarios y médicos importantes. Cuando se realiza por médicos con experiencia en el procedimiento, la prostatectomía radical laparoscópica parece ser tan eficaz como la prostatectomía radical abierta, aunque todavía se necesita conocer más la evolución y los resultados a largo plazo de los procedimientos.

Las  tasas  de  los  principales  efectos  secundarios  de  la  lrP, tales como problemas de erección y dificultad para retener la orina (incontinencia) parecen ser casi las mismas que para la prostatectomía abierta. (Estos efectos secundarios se describen más adelante). Con este método, puede que se retrase un poco la recuperación del control de la vejiga.

Prostatectomía radical laparoscópica asistida por robot

Un método más nuevo consiste en hacer la cirugía laparoscópica mediante el uso de una interface robótica (el sistema da Vinci), lo que se conoce como prostatectomía radical laparoscópica asistida  por  robot  (ralrP).  El  cirujano  se  sienta  en  un  panel cercano a la mesa de operaciones y controla los brazos robóticos para realizar la operación a través de varias incisiones pequeñas que se hacen en el abdomen del paciente.

Al igual que la prostatectomía radical laparoscópica directa, la prostatectomía laparoscópica asistida por robot tiene ventajas sobre el método abierto en términos de dolor, pérdida de sangre y tiempo de recuperación. Sin embargo, hasta el momento parece haber poca diferencia entre la prostatectomía radical laparoscópica convencional y la robótica para los pacientes.

En términos de los efectos secundarios que más preocupan a los hombres, como problemas urinarios o problemas de erección, (descritos más adelante), parece no haber una diferencia entre la lrP asistida por robot y otros métodos de prostatectomía.

Para el cirujano, el sistema robótico puede proveer más maniobrabilidad y más precisión cuando se mueven los instrumentos que con la prostatectomía radical laparoscópica convencional. Aun así, la experiencia y la destreza del cirujano son los factores más importantes en el éxito de cualquier de los dos tipos de prostatectomía radical laparoscópica.

Si usted está considerando tratarse con cualquiera de los dos tipos de prostatectomía radical laparoscópica, es  importante que entienda lo que se conoce y lo que todavía se desconoce sobre este método. De nuevo, la experiencia  y la destreza de su cirujano son probablemente  los factores  más importantes.  Si decide que cualquiera de los dos tipos de prostatectomía radical laparoscópica es el tratamiento apropiado para usted, asegúrese de encontrar un cirujano que tenga una vasta experiencia con este procedimiento.

Posibles riesgos y efectos secundarios de la prostatectomía radical (incluyendo LRP)

Existen posibles riesgos y efectos secundarios con cualquier  tipo de cirugía para el cáncer de próstata.

Riesgos quirúrgicos

Los  riesgos  asociados  a  cualquier  tipo  de  prostatectomía radical son similares a los de  cualquier  cirugía  mayor.  Entre los riesgos más graves se encuentran un ataque cardíaco, un derrame cerebral, la formación de coágulos sanguíneos en las piernas que podrían viajar hacia los pulmones, reacciones a la anestesia, y una infección en el área de la incisión. Debido a que hay muchos vasos sanguíneos cerca de la glándula prostática, otro de los riesgos es el sangrado durante y después de la cirugía. Es posible que necesite transfusiones de sangre, lo que de por sí conlleva un riesgo menor.

En pocas ocasiones, es posible que se corte parte del intestino durante la cirugía. Esto podría causar infecciones en el abdomen y podría requerir otra cirugía para corregir este problema. Las lesiones a los intestinos son más comunes con las cirugías robóticas y laparoscópicas que con el método abierto.

Si se extirpan los ganglios linfáticos, se puede formar una acumulación de líquido linfático (llamado linfocele),  la cual pudiera requerir que se drene.

En algunos casos no muy frecuentes, es posible que el paciente fallezca debido a complicaciones de la operación. El riesgo depende en parte de su estado general de salud, su edad y de la experiencia del equipo quirúrgico.

Efectos secundarios

Los principales posibles efectos secundarios de la prostatectomía radical son la incontinencia urinaria (falta de control de la vejiga) e impotencia (el no poder lograr erecciones). Estos efectos secundarios también pueden ocurrir con otras formas de tratamiento para cáncer de próstata, lo que se describe a continuación.

Incontinencia urinaria: usted puede padecer incontinencia urinaria, lo que significa que no puede controlar la orina o bien presenta algo de chorreo o goteo involuntario de orina. existen diferentes niveles de incontinencia. El tener incontinencia  puede  afectarle no sólo físicamente, sino también emocional y socialmente.

Los siguientes son los tres tipos principales de incontinencia:

La  incontinencia  de  esfuerzo  es  el  tipo  más  común  después de  la  cirugía  de  la  próstata.  Los  hombres  con  incontinencia urinaria de esfuerzo podrían perder orina cuando tosen,  se  ríen, estornudan o hacen ejercicio.  Usualmente  es  causada por problemas con la válvula muscular que retiene la orina en la vejiga (esfínter de la vejiga). Los tratamientos del cáncer de próstata pueden dañar los músculos que forman esta válvula o los nervios que mantienen los músculos funcionando.

Los  hombres  que  padecen  incontinencia  por  rebosamiento presentan dificultad para vaciar la vejiga. Estos hombres tardan mucho en orinar y tienen un flujo goteante con poca fuerza. Generalmente la incontinencia por rebosamiento es  causada por el bloqueo o el estrechamiento de la salida de la vejiga debido a tejido cicatricial.

Los hombres que padecen incontinencia de urgencia tienen una necesidad repentina de orinar. Este problema ocurre cuando la vejiga se vuelve demasiado sensible al estiramiento  conforme se llena de orina.

En pocas ocasiones, los hombres pierden toda la capacidad para controlar la orina después de la cirugía, lo que se conoce como incontinencia continua.

Después de la cirugía del cáncer de próstata, el control normal de la vejiga se normaliza dentro de varias semanas o meses. La   recuperación   por   lo   general   ocurre   gradualmente,   en etapas. Los médicos no pueden predecir con certeza cómo un hombre se verá afectado después de la cirugía. En general, los hombres de edad más avanzada suelen tener más problemas de incontinencia que los hombres más jóvenes.

La  mayoría  de  los  grandes  centros  de  tratamiento  contra  el cáncer en los que se realiza la cirugía de la próstata con más frecuencia, y en los que los cirujanos tienen más experiencia, reportan menos problemas de incontinencia.

La incontinencia se puede tratar. Aun cuando su incontinencia no se pueda corregir completamente, es posible aminorarla.

Impotencia (disfunción eréctil): esto significa que no se puede lograr  una  erección  suficiente  para  la  penetración  sexual.  Las erecciones son controladas por dos pequeños grupos de nervios tendidos en los dos lados de la próstata. Si podía tener erecciones antes de la cirugía, el cirujano tratará de no dañar estos nervios durante la prostatectomía (método de preservación de los nervios). No obstante, si el cáncer está creciendo hacia o muy cerca de los nervios, el cirujano tendrá que extirparlos. Si se extirpan ambos nervios, usted no podrá tener erecciones espontáneas, aunque es posible que todavía pueda tener erecciones utilizando algunas de las ayudas que se describen a continuación.

En caso de que se extirpen los nervios de un solo lado, aún podría lograr erecciones, pero esa probabilidad será menor que si no se hubiera extirpado ninguno de los nervios. Si no se extirpa ninguno de los conjuntos de nervios, es posible que usted logre nuevamente erecciones normales en algún momento.

También otros tratamientos (además de cirugía) pueden dañar estos nervios o los vasos sanguíneos que suplen sangre al pene para producir una erección.

Después de esta operación, la capacidad de lograr erecciones depende de la edad, la capacidad que tenía usted de lograr erecciones antes de la operación, y si se cortaron los nervios. Todos los hombres pueden esperar una reducción en la capacidad de tener erecciones, pero cuanto más joven sea usted, hay más probabilidades de que conserve esta capacidad.

Se ha informado una amplia  gama  de  tasas  de  impotencia en la literatura médica que van desde tasas tan bajas como alrededor de uno de cada cuatro hombres menores de 60 años hasta tasas tan altas como alrededor de tres de cada cuatro hombres  mayores  de  70  años.  Los  cirujanos  que  realizan muchas prostatectomías radicales con preservación de nervios suelen reportar tasas de impotencia más bajas que los médicos que realizan la cirugía con menos frecuencia.

La situación de cada hombre es diferente. Por lo tanto, la mejor manera de obtener una idea sobre sus probabilidades de recuperar las erecciones consiste en preguntar a su médico sobre sus tasas de éxito y cuál sería probablemente el pronóstico en su caso.

Si su capacidad para lograr erecciones regresa después de  la cirugía, esto a menudo ocurre lentamente. De hecho, esto puede tardar desde unos pocos meses hasta dos años. Durante los primeros meses,  usted  probablemente  no  podrá  lograr una erección espontánea, por lo que es posible que necesite medicamentos u otros tratamientos.

Si después de la  cirugía  regresa  la  potencia,  la  sensación  del orgasmo debe continuar siendo placentera, pero no hay eyaculación de semen (el orgasmo es “seco”). Esto se debe a que durante la prostatectomía las glándulas que producen la mayor parte del líquido para el semen (las vesículas seminales y la próstata) fueron extirpadas, y las vías por las que pasaba el esperma (el conducto deferente) fueron cortadas.

La mayoría de los médicos cree que recuperar la potencia es ayudada por el intento de lograr una erección tan pronto como sea posible una vez que el cuerpo ha tenido la oportunidad de curarse (usualmente varias semanas después de la operación). Algunos médicos llaman a esto rehabilitación peneana. El uso de medicamentos puede ser útil en este momento. Asegúrese de hablar con su médico sobre su situación particular.

Las siguientes opciones podrían ayudarle si usted presenta disfunción eréctil:

Los inhibidores de la fosfodiesterasa tipo 5 (Pde5), tales como sildenafil (Viagra®), vardenafil (levitra®) y tadalafil (Cialis®) son medicamentos que pueden ayudar con las erecciones. Estos medicamentos no tendrán efecto si ambos nervios están dañados o si fueron extirpados. Los efectos secundarios más comunes de estos medicamentos son dolor de cabeza, rubor (la piel se enrojece y se siente caliente), indigestión, sensibilidad a la luz y goteo o congestión nasal. En pocas ocasiones, estos medicamentos pueden causar problemas de visión, incluso ceguera.  Los  nitratos,  que  son  medicamentos  que  se  usan en el tratamiento de trastornos cardíacos, pueden interactuar con estos medicamentos y causar una disminución de la  presión sanguínea, lo que puede ser peligroso. Algunos otros medicamentos también pueden causar problemas si usted está tomando un inhibidor de la Pde5. Por lo tanto, asegúrese de informar a su médico qué medicamentos está tomando.

La alprostadil es una versión artificial de la prostaglandina E1, una sustancia que se produce naturalmente en el cuerpo,  y  que puede producir erecciones. Este medicamento se puede inyectar en la base del pene sin producir casi dolor, de 5 a 10 minutos antes del coito, o se puede colocar en la punta del pene como si fuera un supositorio. Hasta se puede aumentar la dosis para prolongar la erección. Es posible presentar efectos secundarios como dolor, mareos y una erección prolongada, pero generalmente estos efectos no son graves.

Los  dispositivos  de  vacío  son  otra  opción  para  lograr  una erección. Estas bombas mecánicas se colocan alrededor de todo el pene. La bomba succiona aire derivando sangre hacia el pene para producir una erección. La erección se mantiene después de remover la bomba mediante una cinta de goma fuerte que se coloca en la base del pene. La cinta se remueve una vez que finaliza el coito.

Si otros métodos no ayudan, los implantes de pene podrían recuperar la capacidad de tener erecciones. Es necesaria una operación para colocar los implantes dentro del pene. Existen varios tipos de implantes de pene, incluyendo los que usa varillas de silicón o dispositivos inflables.

Cambios en el orgasmo: en algunos hombres, los orgasmos pueden ser de menor intensidad o desaparecer por completo. Con menos frecuencia, los hombres presentan dolor con el orgasmo.

Infertilidad: la prostatectomía radical corta la conexión entre los testículos (donde se produce el esperma)  y la uretra  (por  donde el esperma sale del cuerpo). Sus testículos seguirán produciendo esperma, aunque ésta no podrá salir como parte de la eyaculación. Esto significa que un hombre ya no podrá engendrar un hijo de manera natural. A menudo, esto no es un problema ya que los hombres con cáncer de próstata tienden a ser de edad avanzada. No obstante, si le preocupa esto, usted puede hablar con su médico sobre “almacenar” su esperma antes de la operación.

Linfedema: una complicación poco común, pero posible, de la extirpación de muchos de los ganglios linfáticos alrededor de la próstata es una condición llamada linfedema. Normalmente los ganglios linfáticos son una vía para el retorno de líquido hacia el corazón desde todas las áreas del cuerpo. Cuando se extirpan los ganglios, se puede acumular líquido en las piernas o en la región genital con el pasar del tiempo, lo que causa hinchazón  y dolor. Por lo general, esta afección puede ser tratada con terapia física, aunque puede no desaparecer completamente.

Cambio en la longitud del pene: uno de los posibles efectos de la cirugía es una pequeña reducción en la longitud del pene. Esto puede deberse probablemente a un acortamiento de la uretra que ocurre cuando se extrae una porción de ésta junto con la próstata.

Hernia inguinal: una prostatectomía aumenta las probabilidades de que un hombre padezca de una hernia inguinal (de la ingle) en el futuro.

Resección transuretral de la próstata (TURP)

La resección transuretral de la próstata (transurethral resection of the prostate, TUrP) se usa a menudo para tratar a los hombres con agrandamiento no canceroso de la próstata, conocido como hiperplasia prostática benigna (BPH). Una TUrP no se emplea para tratar de curar el cáncer de próstata, aunque algunas veces se usa en hombres con cáncer de próstata avanzado para ayudar a aliviar síntomas, tal como problemas urinarios.

Durante esta operación, el  cirujano  extirpa  la  parte  interna  de la próstata que rodea la uretra (la uretra es el conducto por el  cual la orina sale de la vejiga). En esta cirugía no es necesario hacer una incisión en la piel. Se coloca un instrumento llamado resectoscopio en el interior de la uretra ingresando por el extremo del pene hasta el nivel de la próstata. Una vez que está en su sitio, se pasa electricidad a través de un alambre para calentarlo o se usa un rayo láser para cortar o vaporizar el tejido. Se administra ya sea anestesia espinal (que adormece la parte inferior de su cuerpo) o anestesia general (en la que usted está dormido).

La operación usualmente dura una hora. Después de la cirugía se inserta un catéter (tubo delgado y flexible) en la vejiga a través del pene. Permanece en ese lugar  aproximadamente un  día  para ayudar a drenar la orina mientras la próstata cicatriza. Por lo general, usted debe permanecer en el hospital uno o dos días y puede regresar a sus actividades normales en una o dos semanas.

Es probable que se observe cierto sangrado en la orina después de la cirugía. Otros posibles efectos secundarios de la TUrP incluyen infecciones y cualquier riesgo asociado con el tipo de anestesia que se administre.

Radioterapia para cáncer de próstata

La  radioterapia  utiliza  rayos  de  alta  energía  o  partículas  para destruir las células cancerosas. La radiación se puede emplear:

Como tratamiento inicial para tratar el cáncer de bajo grado que aún está solamente en la glándula prostática. Las tasas de curación para los hombres con estos tipos de cánceres son aproximadamente las mismas que para los hombres en los que se realiza una prostatectomía radical.

  • Como parte del tratamiento inicial (junto con terapia hormonal) para cánceres que han crecido fuera de la próstata y hacia tejidos cercanos.
  • Si el cáncer no se extirpó por completo o regresa (recurre) en el área de la próstata después de la cirugía.
  • Si el cáncer es avanzado, para reducir el tamaño del tumor y proporcionar alivio a posibles síntomas presentes y futuros.

Los dos tipos principales de radioterapia son la radioterapia con haces externos y la braquiterapia (radiación interna). Ambos parecen ser buenos métodos para tratar el cáncer de próstata, aunque se tiene más información sobre los resultados a largo plazo con la radiación externa.

Radioterapia de representación tridimensional conforme (3D-CRT, siglas en inglés)

Este tipo de radioterapia utiliza computadoras especiales para determinar con precisión la ubicación de su próstata. Entonces los rayos de la radiación son configurados y dirigidos a la próstata desde varias direcciones, lo que hace menos probables que haya daños a los tejidos normales. a usted probablemente lo colocarán en un molde de plástico, parecido a un yeso para el cuerpo, que lo mantendrá en la misma posición cada día  para que la radiación se pueda dirigir con mayor precisión. Este método parece ser por lo menos tan eficaz como la radioterapia convencional y con menos efectos secundarios.

Radioterapia guiada por la imagen (IGRT)

Permite administrar dosis más altas de radioterapia externa mediante la utilización de técnicas de imagen avanzadas como la resonancia magnética con espectroscopia.

Radioterapia de intensidad modulada (IMRT)

La radioterapia de intensidad modulada, una forma avanzada de terapia tridimensional, es el método de radiación  externa para el cáncer de próstata. esta técnica emplea una máquina controlada por una computadora que de hecho se mueve alrededor del paciente a medida que emite la radiación.

Además de configurar los rayos y dirigirlos a la próstata desde varios ángulos, la intensidad (fuerza) de los rayos puede ser.

Próstatas más sensibles. Esto permite que los médicos suministren una dosis incluso más elevada contra el cáncer.

Algunas máquinas de radiación más nuevas tienen un escáner de imágenes integrado. Este adelanto, conocido como radioterapia  guiada  por  imagen  (iGrT),  le  permite  al  médico tomar fotografías de la próstata y hacer ajustes menores en la dirección de los rayos justo antes de administrar la radiación. Esto podría ayudar a administrar la radiación incluso con más precisión, lo que puede conducir a menos efectos secundarios, aunque se necesita más investigación para probar esto. Otro método consiste en colocar diminutos implantes en la próstata que emiten ondas de radio para indicar a las máquinas de radioterapia a donde dirigir el tratamiento. Esto permite que la máquina se ajuste según el movimiento (como el ocasionado por la respiración)  y puede que menos radiación  se dirija  a   los tejidos sanos. En teoría, esto puede disminuir los efectos secundarios. Sin embargo, hasta el momento, ningún estudio ha demostrado que con este método se presentan menos efectos secundarios que con otras formas de iMrT. El equipo que utiliza esto se conoce como Calypso®.

Una  variación  de  la  iMrT  se  conoce  como  terapia  de  arco volumétrica modulada. En esta terapia se usa una máquina que emite rápidamente radiación a medida que gira una vez alrededor del cuerpo. Esto permite que cada sesión del tratamiento se administre en tan solo unos minutos. Aunque esto puede ser más conveniente para el paciente, aún no ha demostrado que sea más eficaz que la iMrT regular.

Radioterapia corporal estereotáctica

En este tratamiento se utilizan técnicas avanzadas guiadas por imágenes para administrar altas dosis de radiación a un área precisa, como la próstata. Debido a las altas dosis de radiación en cada dosis, el curso total del tratamiento se administra solo en varios días.

La radioterapia corporal estereotáctica a menudo se conoce por los nombres de los equipos que administran la radiación, tal como Gamma Knife®, x-Knife®, CyberKnife®, y Clinac®.

Cuando se compara con la radioterapia de intensidad modulada, la ventaja principal de la radioterapia corporal estereotáctica consiste en que el tratamiento dura menos tiempo (días en lugar de semanas).

Sin embargo, los efectos secundarios no son menores. De hecho, algunos estudios han demostrado que algunos efectos secundarios en realidad podrían ser peores con la radioterapia corporal estereotáctica que con la radioterapia de intensidad modulada.

Radioterapia con rayos de protones

La terapia con rayos de protones enfoca rayos de protones en lugar de rayos x en el cáncer. Contrario a los rayos x que liberan energía tanto antes como después de alcanzar el blanco, los protones causan poco daño a los tejidos a través de los cuales pasan, y luego liberan su energía solo después de alcanzar cierta distancia. Esto significa que la radiación con rayos de protones puede en teoría hacer llegar más radiación a la próstata mientras causa menos daño a los tejidos normales adyacentes. La radioterapia con rayos de protones puede suministrarse con técnicas similares a la 3d-CrT y la iMrT.

Aunque los resultados preliminares son prometedores, hasta el momento los estudios no han demostrado que la terapia con rayo de protones sea más segura o eficaz que los otros tipos de radiación externa. Actualmente, la terapia con rayo de protones no está ampliamente disponible. Las máquinas necesarias para producir los protones son muy costosas, y no están disponibles en muchos centros en estados Unidos. En la actualidad puede que no todas las compañías de seguro cubran la radiación conformal de rayos de protones.

Posibles efectos secundarios de la radioterapia de rayos externos

Algunos de los efectos secundarios de la radioterapia de rayos externos son los mismos que los de la cirugía, mientras que otros son diferentes. Las cifras usadas en la descripción de los posibles efectos secundarios que se presentan a continuación están asociadas a la radiación externa convencional, la cual se utiliza actualmente con mucha menos frecuencia que en el pasado. Los riesgos de los métodos de tratamiento más nuevos descritos anteriormente son probablemente menores.

Problemas intestinales: la radiación puede irritar el intestino grueso y el recto y causar una afección llamada proctitis por radiación. Esto puede provocar diarrea, algunas veces con sangre en las heces fecales e incontinencia rectal. La mayoría de estos problemas desaparece con  el  tiempo,  pero  en  pocos casos el funcionamiento normal de los intestinos no se restablece. En el pasado, aproximadamente de 10  a 20% de  los hombres reportaron problemas intestinales después de la radioterapia externa, aunque es menos probable que las nuevas técnicas de radioterapia causen estas complicaciones.

Problemas con la vejiga: la radiación puede irritar la vejiga y causar una afección llamada cistitis por radiación. Es posible  que usted presente frecuentes deseos de orinar, una sensación de ardor mientras orina y/o sangre en la orina. Los problemas de la vejiga usualmente se alivian con el tiempo, pero en algunos hombres estos problemas nunca desaparecerán. Alrededor de un hombre de cada tres, continúa con la necesidad de tener  que orinar con más frecuencia.

Incontinencia urinaria: algunos hombres padecen incontinencia urinaria después del tratamiento, lo que significa que no pueden controlar la orina o bien presentan algo de chorreo o goteo involuntario de orina. Como se describe en la sección sobre cirugía, existen diferentes niveles y tipos de incontinencia. En general, este efecto secundario es menos común que después de la cirugía. Al principio, el riesgo es bajo, pero aumenta cada año por varios años después del tratamiento.

Problemas de erección, incluyendo impotencia: después de varios años, la tasa de impotencia después de la radiación es aproximadamente la misma que después de la cirugía. Por lo general, los problemas de erección no ocurren inmediatamente después de administrarse la radioterapia, sino que se desarrollan lentamente en el transcurso de uno o más años. Esto es diferente en la cirugía, en la cual la impotencia aparece inmediatamente y puede mejorar con el transcurso del tiempo.

En estudios más antiguos, alrededor de tres de cada cuatro hombres eran impotentes dentro de los 5 primeros años de  haber recibido radioterapia externa,  pero  algunos  de estos hombres ya tenían problemas de erección antes del tratamiento. Aproximadamente la mitad de los hombres que tenían erecciones normales antes del tratamiento se volvió impotente a los 5 años. No está claro si estos valores también serán válidos para las nuevas formas de radiación. Al igual que en la cirugía, mientras más avanzada sea su edad, mayor será la probabilidad de tener problemas de erección. a menudo se puede aliviar la impotencia con tratamientos como los mencionados en la sección sobre cirugía que incluyen los medicamentos contra la disfunción eréctil.

Sensación de cansancio: la radioterapia puede causar cansancio que puede durar varios meses después de finalizado el tratamiento.

Linfedema: normalmente los ganglios linfáticos son una vía para el retorno de líquido hacia el  corazón  desde  todas  las  áreas del cuerpo. Si los ganglios linfáticos que  rodean  la  próstata están  afectados  por la radiación,  se puede  acumular  líquido en las piernas o en la región genital con el tiempo, lo que causa hinchazón y dolor. Por lo general, esta afección puede ser tratada con terapia física, aunque puede no desaparecer completamente.

Estrechamiento uretral: en pocas ocasiones, la radiación puede causar la formación de cicatrices y el estrechamiento del conducto que lleva la orina desde la vejiga hacia el exterior del cuerpo. Esto puede causar problemas al orinar, y puede requerir un tratamiento adicional para abrir nuevamente el conducto.

Hematuria por cistitis rádica.

Braquiterapia (terapia de radiación interna)

La   braquiterapia   (también   conocida   como   implantación   de partículas o radioterapia intersticial) utiliza pequeñas partículas radiactivas cada una de ellas del tamaño aproximado de un grano de arroz. Estas partículas se colocan directamente en su próstata.

Por lo general, la braquiterapia se usa en los hombres con cáncer de próstata en etapas iniciales cuyo crecimiento es relativamente lento (como los tumores de bajo grado). su uso también está limitado por otros factores.

Para los hombres que han tenido  una resección transuretral  de la próstata o aquellos que ya tienen problemas urinarios, el riesgo de efectos urinarios secundarios puede ser mayor.

Es posible que la braquiterapia no sea tan eficaz en los hombres con glándulas prostáticas grandes ya que puede no ser posible colocar las  partículas  en todas  las localizaciones correctas.

Actualmente, los médicos están estudiando las maneras de evitar esto, como administrar con anticipación un ciclo corto de terapia hormonal a los hombres para reducir el tamaño de la próstata.

Los estudios por imágenes, tales como la ecografía transrectal, la tomografía computarizada o las imágenes por resonancia magnética se usan para ayudar en la colocación de las partículas

Radiactivas. Unos programas de computación especiales calculan la dosis exacta de radiación necesaria.

Existen dos tipos de braquiterapia de la próstata. Ambos se hacen en una sala de operaciones y requieren algún tipo de anestesia.

Braquiterapia permanente (en bajas dosis, o LDR, en inglés)

En este método, las partículas (semillas) de material radioactivo (como yodo-125 o el paladio-103) se colocan en el interior de agujas delgadas, las cuales se introducen a través de la piel en  el área entre el escroto y el ano y en la próstata. se remueven las agujas y las partículas se dejan allí, y éstas liberan dosis bajas de radiación en el transcurso de semanas o meses. La radiación que proviene de las partículas alcanza una distancia muy corta, por lo que las partículas pueden emitir una gran cantidad de radiación en un área muy pequeña. Esto disminuye la cantidad de daño hecho a los tejidos sanos que están cerca de la próstata.

Generalmente se colocan entre 40 y 100 partículas. Debido a su pequeño tamaño, las partículas causan pocas molestias y simplemente se dejan en ese lugar después de que se agote su material radioactivo.

Este tipo de radioterapia requiere de anestesia espinal (la parte inferior de su cuerpo es adormecida) o anestesia general (en la que usted está dormido), y puede requerir una estancia de una noche en el hospital.

Es posible que se le administre también radiación externa junto con la braquiterapia, especialmente si existe el riesgo de que su cáncer se propague fuera de la próstata (por ejemplo, si tiene una puntuación de Gleason más alta).

Braquiterapia temporal (en altas dosis, o HDR)

Esta técnica utiliza dosis más altas de radiación que se administran en un corto espacio de tiempo. Se colocan unas agujas huecas a través de la piel entre el escroto y el ano en dirección a la próstata. En estas agujas se colocan tubos de nailon suave (catéteres). Luego estas agujas se retiran, pero los catéteres permanecen en el lugar. Entonces se colocan en los catéteres el iridio-192 o el cesio-137 radioactivo, generalmente de cinco a quince minutos. Normalmente, se administran tres tratamientos cortos durante dos días en el hospital, y la sustancia radiactiva se retira cada vez que se administran los tratamientos. Los catéteres son retirados después del último tratamiento. Durante aproximadamente una semana después del tratamiento, usted sentirá algo de dolor o hinchazón en el área entre el escroto y el recto, y la orina puede tener un color marrón rojizo.

Por lo general, se combinan estos tratamientos con radiación externa, que se administra a una dosis más baja de la que se usaría por sí sola. La dosis total de radiación es lo suficientemente alta  como  para  destruir  todas  las  células  cancerosas.  La ventaja de este método es que la mayor parte de la radiación  se concentra en la glándula prostática en sí, y no afecta la uretra ni los tejidos que circundan la próstata, como por ejemplo los nervios, la vejiga y el recto.

Posibles riesgos y efectos secundarios de la braquiterapia

Si recibió partículas o semillas permanentes de braquiterapia, éstas emitirán pequeñas cantidades de radiación durante varias semanas. Aun cuando la radiación no llega  lejos, es posible  que su médico le pida que se mantenga alejado de las mujeres embarazadas y niños pequeños durante este tiempo. Es posible que también le pidan tomar otras precauciones, tal como usar un condón durante las relaciones sexuales.

Además existe el riesgo menor de que algunas de las semillas se muevan (emigren). Es posible que le pidan que filtre su orina durante la primera  semana  para  recoger  cualquier  semilla que pudiese salir. Asegúrese de seguir cuidadosamente las instrucciones de su médico. También han surgido informes que indican que las partículas se han movido a través del torrente sanguíneo a otras partes del cuerpo, como los pulmones. Hasta donde los médicos han podido averiguar, esto no parece causar ningún daño a la salud y ocurre en muy pocas ocasiones.

Al igual que la radiación externa, la braquiterapia puede causar problemas con erecciones, y problemas urinarios e intestinales.

Problemas intestinales: los problemas intestinales, tales como dolor en el recto, ardor y/o diarrea pueden ocurrir, aunque menos del 5% de los pacientes presenta problemas graves a largo plazo.

Problemas urinarios: la incontinencia urinaria grave no es un efecto secundario común. Sin embargo, alrededor de uno de cada tres hombres pueden presentar problemas a largo plazo con incremento de la frecuencia urinaria. esto puede ser causado por la irritación de la uretra (el conducto que drena la orina desde la vejiga). en pocas ocasiones, este conducto puede llegar a cerrarse (lo que se conoce como un estrechamiento uretral) y será necesario abrirlo mediante cirugía.

Problemas de erección: algunos estudios han encontrado que las tasas de problemas con erecciones son menores después de la braquiterapia, pero otros estudios han encontrado que las tasas no son menores que con la radioterapia externa o la cirugía. De nuevo, mientras más joven sea usted y mejor haya sido su función sexual antes del tratamiento, mayores son las probabilidades de que usted recupere la función sexual después del tratamiento.

Criocirugía para cáncer de próstata

La criocirugía (también llamada crioterapia o crioablación) se usa algunas veces para tratar el cáncer de próstata en etapa inicial mediante el congelamiento. La mayoría de los médicos no utiliza la criocirugía como primer tratamiento para el cáncer de próstata, pero a veces es una opción si el cáncer ha aparecido  después de otros tratamientos. Al igual que con la braquiterapia,  puede que este tratamiento no sea una buena opción para los hombres que tienen glándulas prostáticas grandes.

En este método, el doctor emplea la ecografía transrectal (TrUs) para guiar varias sondas huecas (agujas) a través de la piel que se encuentra entre el ano y el escroto hasta la próstata. Este tipo de procedimiento requiere de anestesia espinal o epidural (la parte inferior de su cuerpo es adormecida) o anestesia general (en la que usted está dormido).

Entonces, se pasan gases muy fríos a través de las agujas, lo que crea bolas de hielo que destruyen la próstata. Para asegurarse de que se destruya la próstata sin causar demasiado daño a  los tejidos adyacentes, el cirujano observa cuidadosamente las imágenes de ecografía (ultrasonido) durante el procedimiento.

Durante el procedimiento, se circula agua salada tibia en la uretra a través del catéter para evitar que la uretra se congele. El catéter se deja colocado aproximadamente 3 semanas después para permitir que la vejiga se vacíe mientras usted se recupera.

Después del procedimiento, puede haber moretones y dolor en el área donde se insertaron las sondas. Es posible que necesite permanecer en el hospital por un día, aunque muchos pacientes son dados de alta el mismo día.

La criocirugía es menos invasiva que la prostatectomía radical, de manera que usualmente hay menos pérdida de sangre, una hospitalización más breve, menor tiempo de recuperación y menos dolor que con la cirugía.

Sin embargo, en comparación con la cirugía o la radioterapia, los médicos tienen mucha menos información sobre la eficacia a largo plazo de la criocirugía. La criocirugía no parece ser tan eficaz como la radiación para los tumores de próstata más avanzados.

Posibles efectos secundarios de la criocirugía

Contrario a lo que ocurre en los hombres que se someten a este procedimiento como primera forma de tratamiento, los efectos secundarios de la criocirugía tienden a ser peores si se hace en hombres que ya han recibido radioterapia.

La mayoría de los hombres tiene sangre en la orina durante uno o dos días después del procedimiento, así como dolor en el área donde se colocaron las agujas. También es común la hinchazón del pene o el escroto.

La congelación también puede afectar la vejiga y los intestinos, lo que puede causar dolor, sensaciones de ardor, y la necesidad de orinar o defecar con frecuencia. La mayoría de los hombres recobran la función normal de los intestinos y de la vejiga con el tiempo.

A menudo, la congelación daña los nervios cercanos a la próstata que controlan las erecciones. La disfunción eréctil es más común después de la criocirugía que después de la prostatectomía radical. Es poco frecuente que ocurra incontinencia urinaria (problemas para controlar la orina) en los hombres que se someten a la criocirugía como primer tratamiento del cáncer de próstata. Sin embargo, es más común en los hombres que ya han recibido radioterapia.

Después de la criocirugía, en menos del 1% de los hombres aparece una fístula (conexión anormal) entre el recto y la vejiga. Este problema que se presenta en pocas ocasiones, pero que puede ser grave, puede causar que haya un escape de orina al recto, lo que a menudo requiere de una cirugía para corregirlo.

Terapia hormonal

Debido a que el crecimiento del cáncer de próstata está dirigido por hormonas sexuales masculinas denominadas andrógenos, la reducción  de los niveles de estas hormonas puede ayudar  a retrasar el crecimiento del cáncer. El tratamiento hormonal también se denomina terapia de ablación androgénica o de deprivación androgénica, o castración. El andrógeno más común es  la  testosterona.  Los  niveles  de  testosterona  en  el  cuerpo pueden reducirse ya sea mediante la extirpación quirúrgica de los testículos, conocida como castración quirúrgica, o la ingesta de fármacos que inhiben la función de los testículos, lo que se denomina castración médica.

La terapia hormonal se usa para tratar el cáncer de próstata en diversas situaciones,  incluido  el cáncer de próstata recidivado y el cáncer de próstata metastásico. El cáncer de próstata metastásico es cáncer que se ha diseminado por todo el cuerpo.

Las  investigaciones  recientes  han  demostrado  que  la  terapia hormonal puede ayudar a prolongar la vida cuando se usa junto con radioterapia para un cáncer de próstata que tiene más probabilidades de recurrir. Para algunos hombres, la terapia hormonal se usará, en primer lugar, para reducir el tamaño de un tumor antes de la radioterapia o la cirugía. en algunos hombres con cáncer de próstata que se ha diseminado localmente, denominado cáncer de próstata localmente avanzado o de riesgo alto, la terapia hormonal se administra antes y después de la radioterapia, y durante esta, durante tres años. La terapia hormonal también debe considerarse como terapia adyuvante si se ha detectado cáncer de próstata en los ganglios linfáticos después de una prostatectomía radical. También se puede administrar hasta tres años en hombres con cáncer de riesgo intermedio o alto.

Tradicionalmente, la terapia hormonal se usaba de por vida o hasta que dejaba de controlar el cáncer. Luego, el cáncer se denominaba resistente a la castración, lo que significa que la terapia hormonal ha dejado de actuar, y se consideraban otras opciones de tratamiento.

Durante las últimas dos décadas, los investigadores han estudiado el uso de la terapia hormonal intermitente, que es terapia hormonal que se administra durante períodos específicos y, luego, se interrumpe  temporalmente  de  acuerdo  con  un  programa.  la administración de hormonas de esta forma puede reducir los efectos secundarios de esta terapia, pero no se ha demostrado que es eficaz para todos los estadios del cáncer de próstata.

Los tipos de terapia hormonal incluyen los siguientes:

Orquiectomía bilateral. La orquiectomía bilateral es la extirpación quirúrgica de ambos testículos y fue el primer tratamiento usado para el cáncer de próstata metastásico más de 70 años atrás. Si bien se trata de una operación, se considera una terapia hormonal porque extirpa la fuente principal de la producción de testosterona, los testículos. Los efectos de esta cirugía son permanentes y no pueden revertirse.

Agonistas de la LHRH. La sigla LHRH corresponde a la hormona liberadora de la hormona luteinizante (luteinizinghormone-releasing hormone). Los medicamentos conocidos como agonistas de la LHRH impiden que los testículos reciban mensajes enviados por el cuerpo para producir testosterona. Al bloquear estas señales, los agonistas de la LHRH reducen el nivel de testosterona de un hombre, al igual que lo haría la extirpación de los testículos. Sin embargo, a diferencia de la castración quirúrgica, los efectos de los agonistas de la LHRH son reversibles; por ello, la producción de testosterona comienza de nuevo, generalmente, una vez que el paciente deja de tomar el medicamento.

Los agonistas de la LHRH se inyectan o colocan como implantes pequeños debajo de la piel. En función del fármaco usado, se pueden administrar una vez al mes o una vez al año. Cuando los  agonistas  de  la  LHRH  se  administran  por  primera  vez,  los niveles de testosterona aumentan en forma breve antes de disminuir y alcanzar niveles muy bajos. Este efecto, conocido como una “exacerbación”, se produce como consecuencia de un incremento temporal en la producción de testosterona por parte de los testículos, en respuesta a la forma en que los agonistas de la LHRH actúan en el cuerpo. Esta exacerbación puede aumentar la actividad de las células cancerosas de la próstata y provocar síntomas y efectos secundarios, como dolor en los huesos en hombres cuyo cáncer se ha diseminado a los huesos.

Antagonista de la LHRH. esta clase de fármacos, que también se denomina antagonista de la hormona liberadora de gonadotropina (gonadotropin-releasing hormone, GNRH), evita que los testículos produzcan  agonistas  de  la  LHRH  similares  a  la  testosterona, pero reducen los niveles de testosterona más rápidamente y no provocan  una  exacerbación,  como  los  agonistas  de  la  LHRH. La FDA ha aprobado un fármaco, el degarelix (Firmagon), que se administra mediante inyección mensual, para el tratamiento del cáncer de próstata avanzado. Un efecto secundario de este fármaco es que puede provocar una reacción alérgica severa.

Antiandrógenos. Mientras que los agonistas y los antagonistas de la LHRH reducen los niveles de testosterona en la sangre, los antiandrógenos evitan que la testosterona se una a los “receptores androgénicos”, que son estructuras químicas en las células cancerosas que permiten que la testosterona y otras hormonas masculinas ingresen en las células. Estos fármacos, como la bicalutamida (Casodex), la flutamida (eulexin) y la nilutamida (nilandron), son tomados como pastillas, generalmente, por hombres que tienen cáncer de próstata “sensible a las hormonas”, lo que significa que el cáncer de próstata aún responde a la terapia hormonal. Generalmente, los antiandrógenos no se usan solos para el tratamiento del cáncer de próstata.

Abiraterona. Abiraterona es un fármaco de administración oral que impide la síntesis de andrógenos, tanto  a nivel  de los  testículos, de la glándula suprarrenal y de las propias células del cáncer de próstata. Ha demostrado un beneficio importante en cáncer de próstata cuando ha fallado  la hormonoterapia estándar  (análogos y antiandrógenos) en pacientes sin síntomas o  con  síntomas leves, consiguiendo prolongar la vida de los pacientes y retrasar la aparición de estos síntomas, el deterioro del paciente y la necesidad de iniciar el tratamiento con quimioterapia.

Igualmente, ha demostrado actividad en pacientes en los que ha fallado el tratamiento con quimioterapia retrasando la progresión de la enfermedad y prolongando la supervivencia. Además, tanto antes como después del tratamiento con quimioterapia, abiraterona consigue mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Por otro lado, abiraterona también ha demostrado recientemente prolongar la vida, retrasar la progresión de la enfermedad, y mejorar la calidad de vida en pacientes con cáncer de próstata y metástasis en los que aún no se ha comenzado el tratamiento con hormonoterapia convencional o el tumor no ha progresado al mismo.

El tratamiento con abiraterona generalmente se tolera bien. Puede provocar algunos efectos secundarios como hipertensión arterial, edemas y descenso en los niveles de potasio (hipopotasemia) que son fácilmente manejables con la administración conjunta de prednisona.

Cáncer de próstata resistente a castración: es aquel paciente que aun estando castrado, con nivele de testosterona prácticamente indetectables, sigue teniendo niveles elevados de PSA de una forma repetida.

Enzalutamida. Enzalutamida es otro fármaco oral que ha conseguido resultados positivos en pacientes con cáncer de próstata resistente a la castración que han sido previamente tratados con quimioterapia, consiguiendo retrasar la progresión de la enfermedad y mejorar la supervivencia.

Al igual que abiraterona, también ha demostrado retrasar la progresión de la enfermedad y prolongar la supervivencia en pacientes con cáncer de próstata metástasico resistente a la castración, sin síntomas o con síntomas leves, y que aún no han sido tratados con quimioterapia.

El tratamiento con enzalutamida generalmente se tolera bien. Puede provocar algunos efectos secundarios como sofocos o cefaleas y se debe tomar con precaución si existen antecedentes de crisis epilépticas u otros factores de predisposición.

Recientemente  también  se  ha  aprobado  para  pacientes  con cáncer de próstata resistente a la castración y que aún no presentan metástasis.

Apalutamida (erleada): Bloquea la unión del andrógeno al receptor androgénico. este fármaco ha sido aprobado por la fda para su empleo en hombres con cáncer de próstata resistente a la castración sin evidencia de metástasis. Ha demostrado retrasar la aparición de la enfermedad diseminada.

Bloqueo androgénico combinado. En ocasiones, los antiandrógenos se combinan con orquiectomía bilateral  o tratamiento  con  agonistas  de  la  LHRH,  a  fin  de  maximizar  el bloqueo de hormonas masculinas. Esto se realiza porque, aun después de que los testículos hayan dejado de producir hormonas, las glándulas suprarrenales producen, de todos modos, pequeñas cantidades de andrógenos.

Muchos médicos también consideran que este enfoque combinado es la manera más segura de comenzar el tratamiento hormonal, dado que evita la posible exacerbación que, en ocasiones, se produce en respuesta al tratamiento con agonistas de la LHRH. Parte de la investigación, aunque no toda, ha demostrado una diferencia de alrededor de seis meses en la supervivencia a largo plazo por el uso del bloqueo androgénico combinado; por lo tanto, algunos médicos prefieren administrar un tratamiento farmacológico combinado, mientras que otros pueden administrar la combinación en una etapa inicial del tratamiento, a fin de evitar la exacerbación.

Inhibidores de la CYP17. Si bien los testículos son los principales productores de andrógenos, otras células del cuerpo, incluidas las células cancerosas de la próstata, pueden, de todos  modos, producir pequeñas cantidades, que pueden impulsar el crecimiento del cáncer. La Abiraterona (Zytiga) es un fármaco que bloquea una enzima denominada CYP17 e impide que  estas células produzcan determinadas hormonas, incluidos los andrógenos. La abiraterona, que es una pastilla que se toma todos los días con prednisona (diversas marcas comerciales),  ha sido aprobada por la FDA como un tratamiento para el cáncer de próstata metastásico progresivo resistente a la castración con  o  sin  quimioterapia  previa  con  docetaxel.  los  estudios de investigación han demostrado  que la abiraterona  aumentó  la supervivencia para los hombres con este tipo de cáncer. La  abiraterona  puede  provocar  efectos  secundarios  graves, como presión arterial alta, niveles de potasio en sangre  bajos  y retención de líquidos.

Otros efectos secundarios frecuentes incluyen debilidad,  hinchazón o dolor en las articulaciones, hinchazón en las piernas o los pies, sofocos, diarrea, vómitos, dificultad para respirar y anemia.

La   terapia   hormonal   provocará   efectos   secundarios   que, generalmente, desaparecerán después de terminar el tratamiento hormonal, excepto en hombres que se hayan sometido a una orquiectomía. Los efectos secundarios generales de la terapia hormonal incluyen impotencia, pérdida del deseo sexual, sofoco con sudoración, ginecomastia (crecimiento del tejido mamario), depresión, aumento de peso, pérdida de la masa muscular y osteopenia u osteoporosis, que es el adelgazamiento de los huesos. Si bien los niveles de testosterona pueden recuperarse después de interrumpir la terapia hormonal, algunos hombres que se sometieron a la castración médica con agonistas de la LHRH durante muchos años pueden continuar teniendo efectos hormonales, aunque ya no tomen estos fármacos.

Otro  efecto  secundario  importante  de  la  terapia  hormonal  es el riesgo de desarrollar síndrome metabólico. El síndrome metabólico es una serie de afecciones, como obesidad, niveles de colesterol en sangre altos y presión arterial alta, que aumentan el riesgo de que una persona tenga una enfermedad cardíaca, un accidente cerebrovascular y diabetes.

Actualmente, no se conoce con certeza la frecuencia con la que esto se produce o el motivo exacto por el que se produce, pero está bastante claro que los pacientes que reciben una castración quirúrgica o médica con terapia hormonal tienen mayor riesgo de desarrollar síndrome metabólico.

Este riesgo aumenta incluso si la castración médica es temporal. Obtenga más información sobre los síntomas de carencia hormonal y cómo manejarlos.

Los riesgos y los beneficios de la castración se deben analizar cuidadosamente con su médico. Para los hombres con cáncer de próstata metastásico, especialmente si está avanzado y provoca síntomas, la mayoría de los médicos consideran que los beneficios de la castración superan ampliamente los riesgos del síndrome metabólico.

Posibles efectos secundarios de la terapia hormonal

La orquiectomía, los análogos de la LHRH y los antagonistas de la LHRH pueden causar efectos secundarios similares debido a cambios en los niveles hormonales, tales como testosterona y estrógenos. Estos efectos secundarios pueden incluir:

  • Reducción o ausencia de libido (deseo sexual).
  • Impotencia (disfunción eréctil).
  • Reducción del tamaño de los testículos y el pene.
  • Sensaciones de calor (sofocos) que pueden aliviarse o incluso desaparecer con el tiempo.
  • Sensibilidad De los senos y crecimiento del tejido de las mamas.
  • Osteoporosis (adelgazamiento de los huesos), lo que causa fracturas de huesos.
  • Anemia (bajos recuentos de glóbulos rojos)
  • Disminución de la agudeza mental
  • Pérdida de masa muscular
  • Aumento de peso
  • Cansancio
  • Aumento en los niveles de colesterol
  • Depresión

Quimioterapia para cáncer de próstata

La quimioterapia utiliza medicamentos contra el cáncer que se inyectan en una vena o que se administran por vía oral. Estos medicamentos entran al torrente sanguíneo y van por todo el cuerpo, lo cual permite que este tratamiento sea potencialmente útil para aquellos cánceres que se han propagado a órganos distantes (que han hecho metástasis). Algunas veces se usa quimioterapia cuando el cáncer de próstata se ha propagado fuera de la glándula prostática y la terapia hormonal ya no es eficaz. La quimioterapia no es un tratamiento convencional para el cáncer de próstata en etapa temprana, pero algunos estudios están determinando si este tratamiento podría ser útil si se administra por un corto periodo de tiempo después de la cirugía.

La quimioterapia se administra en ciclos, cada período de tratamiento se acompaña de un período de descanso para permitir que el cuerpo se recupere. Por lo general, cada ciclo dura varias semanas. Para el cáncer de próstata, por lo general, los medicamentos de quimioterapia  se usan  uno a la vez.  Algunos  de los medicamentos de quimioterapia que se utilizan para tratar el cáncer de próstata son:

  • Docetaxel
  • Cabazitaxel
  • Mitoxantrona
  • Estramustina
  • Doxorrubicina
  • Etopósido
  • Vinblastina
  • Paclitaxel
  • Carboplatino
  • Vinorelbina

En la mayoría de los casos, el primer medicamento de quimioterapia que se administra es el docetaxel,  combinado con prednisona. Si este medicamento no funciona o deja de funcionar, otro posible fármaco es el cabazitaxel (aunque también puede haber otras opciones de tratamiento). Ambos medicamentos han demostrado que ayudan a los hombres  a vivir siete meses más, en promedio, en comparación con los medicamentos de quimioterapia antiguos. Puede que disminuyan el crecimiento del cáncer y también reduzcan los síntomas, lo  que resulta en una mejor calidad de vida. Aun así, es muy poco probable que la quimioterapia cure el cáncer de próstata.

Posibles efectos secundarios de la quimioterapia

Los medicamentos de quimioterapia atacan a las células que se están dividiendo rápidamente, razón por la cual funcionan contra las células cancerosas. Sin embargo,  otras  células  en  el cuerpo, tales como aquellas en la médula ósea (donde se producen nuevas células sanguíneas), el revestimiento de la boca y los intestinos, así como los folículos pilosos, también se dividen rápidamente. Estas células también se pueden afectar por la quimioterapia, lo cual ocasiona los efectos secundarios. Los efectos secundarios de la quimioterapia dependen del tipo y dosis de los medicamentos administrados, así como de la duración del tiempo que se administran. Los efectos secundarios pueden incluir:

  • Caída de pelo
  • Úlceras en la boca
  • Pérdida del apetito
  • Náuseas y vómitos
  • Diarrea
  • Aumento en la probabilidad de infecciones (debido a una disminución de los glóbulos blancos)
  • Facilidadpara que se formen moretones o surjan sangrados (debido a una disminución de las plaquetas)
  • Fatiga (debido a la anemia y a la propia enfermedad)

La mayoría de estos efectos secundarios desaparece cuando termina el tratamiento. Hay ayuda disponible para muchos de los efectos secundarios. Por ejemplo, se pueden administrar medicamentos para ayudar a prevenir o reducir las náuseas y los vómitos, o para estimular los recuentos sanguíneos, de ser necesario.

Además de los riesgos presentados anteriormente, algunos efectos secundarios se presentan con más frecuencia  cuando se usan ciertos medicamentos de quimioterapia. Por ejemplo:

  • El docetaxel y el cabazitaxel a veces causan reacciones alérgicas graves. Para ayudar a prevenir  esto,  se administran medicamentos antes de cada tratamiento. Estos medicamentos también causan cambios en los nervios (neuropatía periférica), lo que puede ocasionar entumecimiento, hormigueo o sensaciones de ardor en las manos o los pies.
  • La mitoxantrona, en  muy  raros  casos,  puede  causar leucemia varios años después.
  • Estramustina conlleva  un  mayor  riesgo  de  coágulos sanguíneos.
  • La doxorrubicina puede debilitar el músculo del corazón con el tiempo.

Los  médicos  conocen  estos  posibles  efectos  secundarios  y por eso controlan muy bien la cantidad de medicamento que prescriben a cada paciente. No todas las personas reaccionan igual al mismo tratamiento. Un seguimiento exhaustivo por parte de los profesionales de salud permite controlar estos efectos adversos y tomar decisiones para actuar ante cada caso.

Tratamiento con vacunas para cáncer de próstata

Sipuleucel-T es una inmunoterapia cellular active, una especie de vacuna terapéutica contra el cáncer,  que consiste  en  células autólogas mononucleares de sangre periférica que incluyen células presentadoras de antígeno (CPA) que han sido activadas con una proteína recombinante en cuya composición está incluido el antígeno específico prostático (PSA) unido a un activador de la inmunidad celular, que provoca que el propio sistema inmune del paciente ataque a el tumor.