A pesar de que en los últimos años se ha avanzado en el reconocimiento y sensibilización de la sexualidad como un aspecto natural y un derecho fundamental, existe un reto desde las políticas sanitarias, instituciones y profesionales para identificar las necesidades de los diferentes colectivos y también, en el caso que nos ocupa, en el cáncer de próstata.

Este tipo de tumor es el cáncer más frecuente en hombres en Europa y los síntomas más frecuentes están ligados al aumento del volumen de la próstata. Si bien es cierto que las secuelas de los tratamientos no tienen porque producirse en todos los pacientes y dependen de muchos factores, en esta enfermedad se pueden asociar a la disminución del deseo sexual, disfunción eréctil, disminución de la cantidad de esperma y eyaculación retrógrada.

Al igual que los pacientes buscan información sobre cómo los tratamientos pueden afectar a las diferentes áreas de la vida de una persona, como la alimentación, la actividad funcional o si aparecerá dolor, es aconsejable hablar con los profesionales médicos y sanitarios sobre cómo los tratamientos pueden afectar a la intimidad y la vida sexual de la persona. Las principales preguntas qué se considera aconsejable realizar al equipo médico son: ¿Cómo podría afectar el tratamiento a mi vida sexual?, ¿cuándo puedo retomar las relaciones sexuales?, ¿hay algún tipo de sexo que debo evitar?, ¿qué medidas de seguridad necesito tomar y por cuánto tiempo?

En el caso de algún colectivo, como puede ser los transexuales hay que poner especial énfasis en la comunicación médico-paciente, cuando sea necesario aplicar hormonoterapia con el objetivo de impedir que se produzcan y usen los andrógenos.

Dña. Ana Sanz Cortés. Psico-oncóloga. GenesisCare Madrid, Hospital San Francisco de Asís.